Todavía dura la bronca por los pasillos de Nueva Italia. Primero Atlanta y después Los Andes, idéntico desarrollo y repetido resultado. Está claro que la Academia no sabe cerrar los partidos, y esa falencia le sigue costando puntos y dolores de cabeza. Dicho en criollo: "le siguen faltando cinco pal' peso".
El primer tiempo ante el "mil rayitas" fue todo de Racing. Se jugó en campo rival, le manejó la pelota y los tiempos. Se dió en su totalidad como quería Cochas. El tempranero gol de Chavarría fue una consecuencia de todo aquello. Sin embargo el resultado, mínimo en la diferencia, mantenía a la visita con expectativas de cara al complemento.
El del segundo tiempo fue otro Racing. Perdió intensidad con el transcurrir de los minutos, y Los Andes se le animó. Mattalía ya no era un espectador de lujo. Físicamente el equipo defeccionó, y por lógica Lemos adelantó líneas. Por la necesidad del resultado, obviamente, y por una "Academia" titubeante.
El punto de inflexión, al igual que con Atlanta-insisto- fue la salida de Díaz. Cochas no tiene en el plantel un futbolista que cumpla la misma función que el puntano. Lo mismo corre para Chavarría y Vignolo. El entrenador se equivoca con los cambios, los que entran no rinden a la par de los que salen. Y le vuelven a empatar un partido de manera insólita, ésta vez faltando apenas un minuto para el final.
El problema coyuntural sigue siendo lo físico, y se refleja no sólo en el resultado sino también en las lesiones recurrentes. Se viene Quilmes el lunes en el Centenario, parada difícil si las hay. Veremos cómo afronta el equipo ese partido, y si logra de una vez por todas ser todo lo sólido que las expectativas y la campaña ameritan.
📰 A.D.A. Agencia Deportiva Argentina

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